El Llorenç no es solo un hotel de 5*, si no que se define como una persona. Es un urbanita, amante del diseño y de la buena gastronomía que busca siempre alojarse en los lugares más emblemáticos de las mejores ciudades. Pero también es un anfitrión extraordinario, que cuida de sus huéspedes, es atento y siempre busca ofrecerles una gran variedad de servicios y alternativas.