Comunicamos para influir y para obtener un rendimiento. Pero las reglas del juego cambian, y lo hacen rápidamente. Los medios de comunicación siguen siendo un objetivo prioritario de una estrategia de comunicación, pero el entorno online cobra cada vez más importancia —redes sociales, el poder de los usuarios finales, foros, influencers…— lo que nos obliga a evolucionar y a adaptarnos a los nuevos entornos. Es hora de acometer la transformación digital en el ámbito de la comunicación.
Se trata de implementar nuevas herramientas y tecnologías para mejorar los resultados, hace falta hacer las cosas de otra manera, cambiar los procedimientos y metodologías. Hay que llegar a nuestro público final a través de canales específicos, utilizando herramientas adecuadas que aseguren nuestra capacidad de influencia y nuestro impacto, aprovechando el poder del análisis de datos.
Por cierto, que los empleados de la compañía (la comunicación interna) cada vez juegan un papel más importante a la hora de alcanzar los objetivos de comunicación, posicionamiento y marca de nuestras organizaciones.
IZAR tiene muy claros cuáles son los objetivos de la comunicación:
• Ventas: aumentar el número de clientes y su fidelidad
• Posicionamiento: presencia en ámbitos económicos e institucionales
• Reputación: atributos de marca como defensa ante una crisis