El Taier nace de la comunión de 2 personas, que buscaban la libertad creadora, la innovación, el reconocimiento a la pasión, la sinergia de talentos, la relación más estrecha con los clientes, la orientación a resultados, la pasión, renovación y profesionalismo publicitario. La relación con clientes se consolida en base al trabajo y a los resultados, lo que resulta en relaciones de confianza a largo plazo.
Las presentaciones siempre se destacaron por su alto grado de profesionalismo y creatividad tanto en el fondo como en la forma, de esta manera El Taier jamás fue un ente proveedor sino un asesor. La constante búsqueda de propuestas frescas y medios de comunicarlas trascienden el plano publicitario y empieza a convertirse en marketing creativo, dejando atrás lo establecido e innovando también en esta área.
Así mismo, la selección de los medios siempre respondía directamente al target y al impacto que se buscaban, por lo que la innovación y los medios alternativos se convirtieron en una Trade Mark.
La cercanía que se construyó con los clientes también se contagió dentro de la agencia, creando una estructura abierta y de comunicación horizontal. Una relación de comunidad de ideas, de participación activa por todos los miembros del equipo que están ampliamente involucrados con sus marcas.
Los directores saben el día a día del desarrollo de las marcas, dándoles este entendimiento la capacidad de ser proactivos y aportar siempre tanto a la estrategia general como a los planes de mercadeo de los partners.