Cuando la idea de crear un periódico empezó a rondar nuestras cabezas corría el año 2003. Las movilizaciones contra la guerra de Iraq y el Prestige inundaban las calles y no había ningún diario que hablase de eso que estábamos viviendo. Internet era un fenómeno relativamente reciente y la web 2.0 apenas empezaba a despuntar. La burbuja inmobiliaria se encontraba en plena forma.
Hoy, el panorama es muy distinto. Miles de medios online disputan nuestra atención, las redes sociales bullen a miles de tuits por segundo y ya casi no recordamos cuándo fue la última vez que compramos un diario en papel. También ha cambiado el panorama político y económico: la crisis se extiende a sus anchas y el yugo de la deuda aprieta cada vez más. Pero hace cuatro años surgió algo llamado 15M que ha transformado nuestra forma de hacer y pensar la política.
A veces nos preguntan cuál es la clave para que 'Diagonal' haya aguantado tanto tiempo. Creemos que, más allá de la convicción de que lo que hacemos es necesario, y de cierta cabezonería colectiva, hay un elemento fundamental que suele pasar desapercibido: la red de afectos que une a las personas que participamos en este proyecto. Como nos dijo en una entrevista Silvia Federici, “cuando te juntas para hacer política, te juntas en un sentido mucho más amplio, no sólo en un sentido abstracto de ser político”. Este sentido más amplio, afectivo, personal, es un tejido que nos sostiene, que hace que, más allá de un proyecto político, 'Diagonal' sea una comunidad en la que te sientes reconocida.
Pero 'Diagonal' es ante todo un periódico. Que un medio de comunicación crítico e independiente alcance su décimo aniversario es un logro casi titánico. 10 años tratando los temas que ahora, en estos momentos de efervescencia social, se han vuelto parte central de la agenda política.
Una buena ocasión para dar un salto adelante.