La Academia Nacional de Medicina es una entidad civil sin fines de lucro y su autonomía es importante porque ofrece la posibilidad de trabajar e investigar con continuidad en un medio totalmente ajeno a los vaivenes políticos, a las influencias gubernamentales y a los intereses personales, dedicándose exclusivamente a lo científico.
Los objetivos de la Academia están claramente expresados en los Estatutos y pueden resumirse así: estudia cuestiones científicas y técnicas relacionadas con la medicina; evacua las consultas que le formulan los poderes públicos; dedica preferente atención a los problemas relacionados con la salud pública; promueve la investigación científica; expresa opinión sobre asuntos de interés trascendente de carácter médico; establece relaciones con las instituciones relacionadas con la ciencia médica, nacionales y extranjeras, fomenta por todos los medios a su alcance el culto de la dignidad y la ética en el ejercicio profesional y ofrece su tribuna a todos los expertos que deseen exponer sus temas de investigación.
La Academia Nacional de Medicina, preocupada por la conducta humana en el campo de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, ha efectuado varias declaraciones en torno a problemas clásicos en medicina con el fin de contribuir a humanizar la relación médico – paciente, ya que esa relación está basada en los derechos que tiene el paciente y, por ende, en el respeto a la persona humana desde la concepción hasta su muerte, ya que la medicina tiene al hombre como principio y fin de todo acto y, cuando se olvidan los valores morales, se pone en riesgo el bien del paciente.
Entidad rectora en medicina, su historia se inicia a la par de la enseñanza universitaria de la medicina en el país. Su larga trayectoria es el resultado de afanes, del esfuerzo de quienes contribuyeron y contribuyen con su acción y su trabajo al progreso y la dignidad del arte médico.
Su sede está situada en Av. Las Heras 3092 de la ciudad de Buenos Aires.